En Vivo....-->

Por qué no hemos conseguido acabar con el alzhéimer

|Fecha: 14-02-19

Las farmacéuticas chocan una vez más contra la complejidad de una enfermedad que no cuenta con ningún tratamiento eficaz

En 1986, en el municipio colombiano de Belmira, el neurólogo Francisco Lopera vio a un paciente que llamó su atención. Tenía 47 años, pero presentaba síntomas propios de una persona con alzhéimer de más de 60. Lopera no se quedó en la anécdota y estudió a su familia. El padre, el abuelo y siete parientes más habían sufrido la misma dolencia en una edad igual de temprana. Estudios posteriores identificaron el origen genético de ese alzhéimer temprano y determinaron que la región de Antioquía, donde se encuentra la ciudad de Medellín, era el principal foco mundial del trastorno. Años después, esa particularidad se intentaría aprovechar para comenzar a derrotar al alzhéimer.

Esta enfermedad, que consume regiones del cerebro hasta acabar con la memoria, la identidad y, finalmente, la vida de una persona, parece no tener cura. Según la Fundación Alzheimer España, cada año se diagnostican 100.000 nuevos casos y se espera que esa cifra se triplique en 2050. La principal hipótesis para explicar la procedencia de la enfermedad apunta a una acumulación de placas de proteínas amiloides en el cerebro en primer lugar, a la aparición después de ovillos de otra proteína, tau, que destruyen las neuronas, y a un proceso posterior de inflamación que remata la catástrofe. Cuando aparecen los síntomas y se diagnostica, los daños en el sistema nervioso son irreversibles y ningún medicamento se ha mostrado eficaz para paliarlos. Por eso, una de las opciones que se plantean los científicos consiste en comenzar el tratamiento mucho antes de que la enfermedad sea evidente. Sin embargo, no es sencillo predecir que se va a desarrollar con 20 años de antelación.

Los pacientes colombianos parecen una buena opción para, al menos, probar la hipótesis de que, detectado a tiempo, era posible frenar el alzhéimer. “La idea es que hay que dar el fármaco adecuado en el momento adecuado”, señala Jesús Ávila, director científico de la Fundación CIEN (Centro de Investigación en Enfermedades Neurodegenerativas). Por eso, hay importantes esperanzas puestas en el ensayo desarrollado en Colombia para detener la enfermedad con el fármaco crenezumab. “Como conocemos que la enfermedad tiene un origen genético y se da en determinadas familias y a partir de cierta edad, se cree que se puede dar el fármaco correcto en el momento correcto”, añade el investigador. Sin embargo, la semana pasada, la farmacéutica Roche anunció que detenía dos grandes ensayos mundiales con el crenezumab por no cumplir las expectativas. En el mismo comunicado aseguraba que el ensayo con la población de Antioquía continuaba.

El fracaso de Roche se une al de muchas otras compañías con sus moléculas contra el alzhéimer. En 2018, Lilly anunció que su ensayo con un fármaco para limpiar las placas de proteína amiloide en el cerebro había fracasado. Otras compañías como Merck, Biogen o Prana Biotech han tenido que abandonar fármacos prometedores y en enero del año pasado Pfizer anunció que no investigaría más fármacos contra el alzhéimer para centrarse en dolencias donde sus inversiones fuesen más productivas.